Recepción de bienvenida
Residencia del Embajador
Jueves 5 de febrero de 2015 – 19:00 hs
Buenas tardes a todos, y bienvenidos al Palacio Bosch. Primero, les pido perdón, porque mi español no es perfecto todavía. Pero estoy muy feliz de estar acá en Buenos Aires, ¡finalmente!. Muchas gracias a todos ustedes por estar acá hoy y por esta cálida bienvenida a la Argentina.
Antes de llegar a Buenos Aires, practiqué mi español, aunque alguno de ustedes pueda pensar que no se nota tanto. Yo sé que en el futbol lo que cuentan son los goles, pero espero que con el idioma al menos me den algunos puntos por el esfuerzo. De todas maneras, será más fácil para mí dar este primer discurso en inglés, y seguramente menos doloroso también para todos ustedes.
[En inglés:] Los embajadores de Estados Unidos, como los de muchos otros países, debemos prestar juramento antes de iniciar nuestras misiones. Por lo general, en la gran mayoría de los casos, es una ceremonia de rutina que se realiza en el Departamento de Estado. Imaginen entonces el honor que sentí cuando fui llamado a prestar juramento en la Casa Blanca, ante el vicepresidente Biden, en una ceremonia realizada en la Roosevelt Room, contigua al Salón Oval. Fue un verdadero honor para mí, pero también para la Argentina, y es una clara indicación de la importancia que la Administración Obama le quiere dar a la relación bilateral.
Antes de venir a la Argentina, conversé con el presidente Barack Obama y el secretario de Estado John Kerry sobre las oportunidades concretas que veo para fortalecer nuestra relación bilateral, sobre todo en el marco del renovado foco que la Casa Blanca y el Departamento de Estado han puesto sobre la región. El relanzamiento de la relación con Cuba es el paso más audaz en esta política hacia las Américas, basada en el respeto mutuo y el multilateralismo. A fresh start, un nuevo comienzo.
La presencia de cada uno de ustedes aquí en esta velada es una fiel muestra de la amplitud de nuestros vínculos bilaterales. Me honra que cada uno de ustedes esté aquí esta noche –destacados representantes de los gobiernos nacional y provinciales, de partidos políticos, del sector privado, de las universidades, de los medios de comunicación y de las artes–. A través de vuestra presencia están demostrando que ustedes también creen en la importancia de esta relación. Nosotros, a través de nuestra misión diplomática, vamos a continuar trabajando con ustedes en áreas cruciales, como ciencia y tecnología, energía, comercio, turismo, entretenimiento y cultura… Y mi compromiso es incrementar las conexiones en cada una de esas áreas y otras más. De hecho, incrementar la conectividad a todos niveles entre nuestras sociedades será mi prioridad durante los próximos años.
Mencioné recién la importancia de la ciencia en nuestra relación. En ese sentido, es para mí un honor anunciar que en pocos días más estaremos recibiendo nuevamente en la Argentina al jefe de la NASA, el Administrador y ex astronauta Charles Bolden. La cooperación que hay entre nuestros países en el campo de la exploración espacial, con recientes misiones satelitales conjuntas que han demostrado ser exitosas, es un modelo de la colaboración fructífera de la que somos capaces. Y yo sé que la Argentina y los Estados Unidos pueden trabajar juntos con éxito en otras áreas también.
Aunque hoy quiero enfocarme en asuntos positivos, estaría cometiendo un descuido si no hago mención al pesar que sentimos por la trágica muerte de Alberto Nisman, que tan profundamente ha afectado a la Argentina, y a su familia en particular. Él dedicó gran parte de su vida profesional a investigar el horrendo ataque terrorista contra la AMIA. En el gobierno de los Estados Unidos creemos que su muerte no debe detener la búsqueda de justicia para las víctimas de ese brutal atentado.
Antes de concluir, quisiera contarles un poco de mi historia personal. Nací y establecí mi hogar en el hermoso estado de California. Durante mi infancia en mi casa se hablaba más de fútbol que de cualquier otro deporte. Esto, por supuesto, no sorprende en la Argentina, pero es una rareza en mi país. Mi padre era un reconocido entrenador de fútbol en las ligas juveniles y llevó a nuestro equipo a ganar el campeonato estatal de California. Yo mismo jugué de arquero y alguno podría decir que esa función me preparó para el puesto de Embajador, porque algunos pelotazos tendré que atajar. De hecho, alguien me sugirió que debería esforzarme por ser una especie de Amadeo Carrizo de la diplomacia. Haré mi mejor esfuerzo, pero sé que esa es una vara muy alta.
Durante mi vida profesional intenté tomar nuevos desafíos y trabajar duro por aquello en lo que creo, tanto en mi carrera política como en el sector privado, ya sea en temas de educación, energías renovables, intercambios comerciales, o en promoción de los derechos humanos. Espero que mi experiencia en esas áreas, así como los 20 años que he trabajado en la política de Estados Unidos, incluyendo el tiempo que pasé en Washington DC, sean de utilidad para nuestra misión aquí en la Argentina.
Y ya que hablamos de la Embajada, quisiera agradecer a Kevin Sullivan, quien ha sido un excelente Encargado de Negocios. Su gestión ha sido ampliamente reconocida por el gobierno de Estados Unidos, por todo el personal de la Embajada en Buenos Aires y por nuestros amigos y colegas de la Argentina. Por supuesto, él seguirá trabajando junto a mí como Ministro Consejero, por lo cual estoy muy agradecido. Muchas gracias, Kevin.
[En español:] Para concluir, antes de venir a la Argentina, hablé con otros diplomáticos que trabajaron en esta Embajada. Todos ellos me comentaron lo encantados que quedaron con el país y con su gente. Me contaron sus experiencias y me mostraron los recuerdos que todavía conservan de su paso por esta tierra: camisetas de fútbol, fotos, mates, y piezas de arte. Incluso, después de varios años, todos ellos sienten una especial afinidad por la Argentina. De todo corazón, espero tener la misma experiencia que ellos.
Otra vez, muchas gracias por esta calidad bienvenida a la Argentina.